31/12/2008

Un año más


En la Puerta del sol
como el año que fue,
otra vez el champagne y las uvas y el alquitrán
de alfombra están.
Los petardos que borran sonidos de ayer
y acaloran el ánimo para aceptar
que ya paso uno más.
Y en el reloj de antaño
como de año en año,
cinco minutos más para la cuenta atrás,
hacemos el balance de lo bueno y malo,
cinco minutos antes de la cuenta atrás.
Marineros, soldados, solteros, casados,
amantes, andantes y alguno que otro
cura despistao.
Entre gritos y pitos los españolitos
enormes, bajitos, hacemos por una vez
algo a la vez.
Y en el reloj de antaño
como de año en año,
cinco minutos más para la cuenta atrás,
hacemos el balance de lo bueno y malo,
cinco minutos antes
de la cuenta atrás.
Y aunque para las uvas hay algunos nuevos,
a los que ya no están echaremos de menos,
y a ver si espabilamos los que estamos vivos
y en el año que viene nos reímos.
1, 2, 3 y 4 y empieza otra vez
que la quinta es la una
y la sexta es la dos
y así el siete es tres.
Y decimos adiós y pedimos a Dios
que en el año que viene
a ver si en vez de un millón
pueden ser dos.
En la Puerta del sol
como el año que fue,
otra vez el champagne y las uvas y el alquitrán
de alfombra están...
¡FELIZ 2009!

28/12/2008

And I miss you

Miras el crepúsculo, ves el sol cayendo, sumiéndose y sucumbiendo a la noche que llega oscura, con una brisa fría pero seca y un olor intenso que te sabe a magia. Las estrellas brillan y con sólo la luz de la luna podrías caminar por el cielo, camuflado, vestido de negro, cual pantera sigilosa va en busca de su mejor presa.

Te detienes en medio de una calle y al fondo oyes un leve sonido que marca un compás y cada vez va subiendo el volumen, vas sintiendo el suelo vibrar, te sube un calor por las piernas que te hace mover, cerrar los ojos y tomar una bocanada de aire que, al principio parece limpio y luego algo viciado. Una voz te hace abrir los ojos y estás en un local, rodeado de gente agitando sus cuerpos, desafiando la música y desafiándose ellos, unos a otros. La voz se acerca a tu oído y sientes el calor de su vaho, hablándote al oído, mientras ves como al fondo dos personas se hacen una.

Tus pupilas se dilatan, miran, observan el alrededor y aún no logras reconocer la voz que escuchaste, ni siquiera saber de dónde viene.

Cuerpos, luces, sombras, música, alcohol, calor, sudor, piel, respiración, voces, frío, hielo, gota, copa, tacto, olfato, gusto, mente, miembros, roces, miradas, sonrisas, pasos…

…and I miss you

23/12/2008

En estas fechas

Año tras año, cuando llega la Navidad, nos vamos ilusionando con retos de cara al nuevo año, nos ponemos nuevas metas, pedimos nuevos deseos y nos proponemos ser mejores personas, más solidarios, ayudar a quién lo necesita y un largo etcétera que, en muy pocos de los casos, se cumple.

La Navidad es una época bonita, sí, pero se ha banalizado demasiado, tanto, que hasta ha perdido su significado. Y no es que su mensaje religioso y arcaico me guste, pero menos me gusta el mensaje y la imagen comercializados de ahora en el que lo que importa es la cantidad de regalos que des y que, por supuesto, recibas.

Creo que sobra decir que mientras nosotros, los del “primer mundo” nos gastamos cientos y cientos de euros en juguetes, cenas, trajes, zapatos, joyas, fiestas y demás cosas añadidas con el tiempo a la Navidad, los del “tercer mundo” pasan hambre, frío y se mueren de enfermedades terribles que acaban cada día con una cifra espeluznante de personas.



No quiero ser sensacionalista, ni pesimista y, mucho menos, dar lecciones de moral porque, como dice la canción, “siempre supe que es mejor, cuando hay que hablar de dos, empezar por uno mismo” y tengo que aplicarme el cuento yo también, además, porque tampoco soy quién para ello. Lo que sí quiero es que recapacitemos un poco, pero independientemente de que sea Navidad. Si nos paramos en medio de una avenida, en la que la gente corre cargada de bolsas, refugiándose del frío y bajo la luz de las luces, miramos a nuestro alrededor y pensamos un poco en el significado tan frío y frívolo que tiene todo aquello, nos daremos cuenta de que, a lo largo del tiempo no hemos sido otra cosa que marionetas que nos hemos dejado llevar por la publicidad de las grandes superficies y el consumismo navideño.

Da igual la época del año, da igual el día y la hora, da igual el lugar, la estación, el momento y da igual si hay regalos o no. Cualquier momento es bueno para desear lo mejor, pare reunirte con tu familia y amigos y cenar, almorzar, merendar o desayudar, para regalarles lo que te apetezca y cuando te apetezca, sin que te empuje a hacerlo el Carrefour o El Corte Inglés. Cualquier momento puede significar más que cualquier cena de Nochebuena, porque cualquier momento puede pasar y nunca volver; es cierto que nunca sabes cuántos turrones más vamos a poder compartir con nuestra gente, pero ¿no es cierto también que tampoco sabemos cuántos veranos, ni cuántas primaveras, ni cuántos cumpleaños, ni cuántas tardes, ni cuántos amaneceres, ni cuántos días de lluvia nos quedan?



Nunca sabremos cuál va a ser nuestro último suspiro o, peor aún, el de aquellas personas que más necesitamos. Por eso, mi mensaje hoy desde aquí es que, independientemente de las fechas que sean, disfruten el momento, rían, beban, lloren, griten, canten, diviértanse, hablen, discutan, coman, y pásenlo en grande… vivan la vida, siéntanla y disfrútenla.



Cada momento es único e irrepetible entre los momentos y es tan probable que mañana puedas recuperarlo como que no, ¿acaso piensas arriesgarte a dejarlo pasar? Yo no.






¡FELIZ NAVIDAD!

21/12/2008

La historia de un sábado

Ésta es la historia de un sábado, de no importa qué mes…


Anoche celebramos mi cumpleaños, junto con amigos y amigas fuimos a cenar, a tomarnos unas copas y luego a bailar (y a seguir bebiendo), para disfrutar también las vacaciones, que ya nos hacía falta un respiro.

La verdad que lo pasamos muy bien, nos reímos mucho y, al final de la cena, me sorprendieron cuando se apagaron las luces del restaurante y empezaron a cantarme el cumpleaños feliz, mientras el camarero me servía un postre adornado con una vela, simulando una tarta. Fue gracioso. Luego vinieron los regalos, los cuales me encantaron todos, y ya después nos fuimos de copas y de fiesta.

Desde aquí quería agradecer a todos por estar conmigo en un día tan especial, por compartir mis 22 añitos y por hacérmelo pasar tan bien hasta incluso olvidar las cosas más negativas que, anoche, no cabían en ningún sitio. También quiero agradecer a todos los que no fueron y que sé que aunque querían estar allí conmigo, no pudieron, así como a aquellos que se acordaron de mí y, a lo largo del día, me fueron enviando mensajes y llamándome para felicitarme.

Sinceramente… ¡GRACIAS! Espero poder seguir cumpliendo muchos años más para que podamos seguir compartiéndolos todos juntos.

Aquí les dedico, en agradecimiento, “El hombre del piano (Piano man)” una canción preciosa, de mis favoritas que, para mí, significa mucho. Espero que la disfruten tanto como lo hago yo cada vez que la escucho. Y, otra vez, gracias.

20/12/2008

Una vez en diciembre

Hace 22 años, una fría tarde de un 20 de diciembre (12) de 1986… nací.

Nunca fui un niño muy diferente del resto, o por lo menos tampoco me lo dijeron nunca. A medida que fui creciendo me fui desarrollando en un ambiente que siempre se consideró normal, fui al colegio, al instituto, tuve amigos, amigas, jugábamos, salíamos y hacíamos alguna que otra gamberrada propia de la edad. Siempre llevé gafas porque tengo una gran falta de vista y, con el tiempo y siendo ya un adolescente, empecé a notar y a sentir cosas dentro de mí que sí que me hacían sentir, al principio, mal, aunque luego este sentimiento cambiaría, pero también diferente a aquellos que a mi alrededor estaban, a aquellos que habían crecido, jugado, reído y llorado conmigo. Tal vez esa sea la razón, o una de las razones, por las que me tuve que hacer más fuerte, el objetivo era sobrevivir, me rodeé en la mayoría de los casos de gente mayor, miré hacia mi futuro y, bien o mal, olvidé mi presente un poco esperando que algún día todo cambiase.



Desde ese entonces las cosas han cambiado mucho, es increíble pensar cómo en relativamente poco tiempo mi mundo ha girado de tal manera que la comparación entre pasado y presente es casi imposible. Aunque no todo es tan diferente. Siempre fui un niño sincero, directo y con carácter, lo cual me trajo y me ha traído muchos problemas, puesto que es difícil, en general, que la gente quiera escuchar la verdad tal y como es, incluso a mí me duele a veces. También siempre fui visceral y decidido a la hora de hacer algo que quería o de tomar mis propias decisiones, nunca lo pensaba más de lo necesario, lo hacía y afrontaba las consecuencias fueran como fueren, asumiendo mi propia responsabilidad. Si bien es cierto que, con la madurez, el tiempo y las cosas que cada uno va viviendo, se pasa muchas veces de ver el blanco y el negro con la rebeldía de la adolescencia, a darte cuenta de que hay una amplia gama de grises entre los dos colores opuestos y que se puede ser sincero sin llegar a ser radical ni hacer daño con la verdad, aunque no estuviera mal decirla.



Creo que en todo este tiempo he ido cumpliendo poco a poco las metas que me he propuesto y, por eso, me siento bien conmigo mismo en ese sentido. Siempre hay cosas que hacer, lugares por descubrir, personas que conocer, rincones que explorar, cosas que mejorar… en definitiva, nuevas metas por plantearse conseguir y, como hasta ahora, espero seguir haciéndolo.

Por ahora, me va a tocar celebrar esta noche mis “dos patitos”, pedir unos cuantos deseos y esperar e intentar que en el nuevo año, que está a la vuelta de la esquina, se cumplan. Ya te lo iré contando aquí.


Hoy también, precisamente, este blog cumple 2 meses, así que parece ser que hoy es el día del número 2. Compraré un cupón y, si me vuelvo millonario, no sé si te lo contaré (jajaja).

¡Besos y abrazos!

17/12/2008

Hilar tan fino

Qué difícil es aceptar que “a menudo, lo que más deseas es lo que menos necesitas”, que, en el amor, no basta con querer o amar, que lo que para alguien puede ser la felicidad, para otra persona no sea otra cosa que el comienzo de una amargura.

Mientras ella sentía amor, él sentía vacío, cuando ella lo buscaba él intentaba no estar, si intentaba hablar con él sólo veía su espalda y, aunque permanecía callada esperando respuesta, el silencio se le hacía eterno y le dolía más que cualquier castigo físico.

Ella sentía que ya no podía llorar porque se le habían acabado las lágrimas, él se dejaba llevar sabiendo que aquel callejón que cada vez se le hacía más estrecho, no conducía a ningún lugar y mientras la llama que un día encendieron juntos se iba apagando, un frío invierno hacía congelar sus sueños, sus sentimientos, sus esperanzas.

Qué duro es aceptar que mientras piensas en alguien esa persona no está pensando en ti, que lo que uno necesita, al otro hace daño, que la luz con la que él veía, a ella la cegaba, desconcertándola, haciéndola perder el norte.
Qué triste es mirar al mar y ver sólo el desierto.


Qué cerca estás y qué lejos te siento,
parece que hay un muro entre los dos,
cuando consigo saltarlo
al otro lado ya has saltado tú.
Intento hablar pero es perder el tiempo,
parece que hay un mundo entre tú y yo,
cuando la vuelta le he dado
por el otro la comienzas tu.
Es de esperar que se rompa en pedazos,
es natural, pues cae desde muy alto.
Con esa luz que tejes tus tejidos,
la misma luz me ciega y no consigo hilar tan fino,
hilar tan fino, hilar tan fino,
me ciega y no consigo hilar tan fino.
Qué vivo está pero se está muriendo,
qué humedad hay a nuestro alrededor
y al llover sobre mojado,
lo mismo da que cuando no llovió.
Qué frío está el tálamo que ataño
era un volcan, pero hoy ya se apagó.
Sólo hay cenizas en mi boca,
sólo hay cenizas en mi corazón.
Es de esperar que se rompa en pedazos,
es natural pues cae desde muy alto.
Con esa luz que tejes tus tejidos,
la misma luz me ciega y no consigo hilar tan fino,
hilar tan fino, hilar tan fino,
me ciega y no consigo hilar tan fino...
...hilar tan fino.

15/12/2008

La mala educación

No, no voy a hablar de la película de Almodóvar, aunque la verdad que podría relacionarlo.
Cada fin de semana voy, religiosamente, a cumplir con mis ocho horas de trabajo diarias a la oficina de información donde trabajo. Trabajar de cara al público supone tener una serie de cualidades (y no me refiero a cualidades físicas) que, a veces, pienso que ni yo ni nadie “normal” en este mundo tiene; sobre todo, una paciencia del tamaño de Rusia.
Según unas estadísticas aproximadas que yo mismo he calculado muy por encima, sólo una persona de cada diez que se acercan a una oficina o ventanilla de información, o incluso a cualquier lugar que suponga una atención al público, usa las palabras “hola”, “buenos/as días/tardes”, “por favor”, “gracias”, “adiós/hasta luego”. Y repito, una estadística aproximada y echa, más bien, a ojo; no quiero imaginar cuál sería el resultado de un estudio hecho de manera seria. Muy hipotéticamente hablando, puedo decir que cada día que trabajo tengo conversaciones con 500 personas (muy por lo bajo también), lo que supone que de todas ellas, solamente 50 personas tengan una cierta educación. Yo no sé si a ustedes pero a mí los datos me alarman y hacen que mi paciencia se retuerza conteniendo las ganas de estallar y mandar a freír espárragos (por no decir lo otro) a las 450 personas que se creen que mis compañeros y yo somos máquinas o esclavos a su entera disposición. No me vale el argumento clasista “es que a ti te pagan por estar ahí y hacer eso”, ¡porque no!; a mí me pagan por atender e informar a las personas que lo desean, no por aguantar quejas sin sentido, malas caras, malos modos, contestaciones fuera de lugar, insultos, faltas de respeto… en definitiva, mala educación.

Lo peor de todo ya no son los datos que cito que, muy por debajo de la realidad, muestran lo que todos los que trabajamos cara al público tenemos que aguantar, sino que es mucho peor que sean las personas mayores los más maleducados, los mismos que luego se regocijan en su falsa moral, presumiendo en las conversaciones con argumentos del tipo “la juventud de ahora está echada a perder”, “¿y éstos van a ser el futuro del país?” o “los jóvenes no saben lo que es el respeto”. Luego tenemos el otro extremo opuesto, madres que vienen con sus hijos pequeños y son tan desagradables que, cada vez me topo con alguna, me pongo a pedirle a Dios, a Alá, a Jehová, o a quien narices maneje este mundo que sus hijos no sigan el ejemplo. Y no es que lo diga yo, pero es que está demostrado que los niños aprenden por imitación y si tú ves que tu madre es una ordinaria y una maleducada, probablemente y de forma inconsciente, se cree en ti una conducta similar, puesto que es lo que has aprendido y has visto como "normal". Gracias a “quien narices maneje este mundo” eso también va con las personas mismas y he comprobado que, en algunos casos, personas que no tienen un entorno familiar “estable” (llamémosle así), son cordiales, humildes, sencillos, al fin y al cabo, personas con educación.

Como buen sagitario tengo mi carácter y una paciencia que, aunque no es muy grande, tampoco es excesivamente pequeña y puedo sobrevivir a la vorágine que me supone ir a trabajar. Soy estudiante de turismo y, sinceramente, creo que no sé ni en qué mundo me estoy metiendo pero, lo bueno de todo esto, es que trabajos como el que tengo te ayudan a conocerte mejor, a tener un mayor control sobre ti mismo y a restar importancia a personas que no se merecen que se les dé más que la mínima. Gracias también a “quien narices maneje este mundo” acabo de salir de vacaciones y, hasta el 3 de enero, no voy a tener que aguantar a ningún… llamémosle “mal educado”.

Y para terminar mi discurso garrafal, cito a Herbert Spencer que dijo en una frase muy inteligente que “el objetivo de la educación es formar seres aptos para gobernarse a sí mismos, y no para ser gobernados por los demás”.

11/12/2008

¿Por qué no?

Era un día gris, oscuro, lluvioso y hacía frío. A priori parecía un día triste, pero en realidad me sentía feliz. Como cada vez que me apetecía reflexionar sobre mi vida me iba a aquel rincón en la playa donde observaba el horizonte durante horas y meditaba sobre mí. Y pasaron las horas, y no recuerdo las veces que sonreí al cielo dando gracias por tenerte, por sentirme tan feliz, por complementarme, por ser esa parte de mí de la que nunca supe nada hasta que te vi por primera vez y tu mirada helo la mía, me heló el cuerpo y el alma.

Durante un instante supe que aparecerías allí, porque tú sabías cuál era el rincón al que solía ir cuando estaba muy mal, pero también cuando estaba muy bien, en definitiva, cuando me apetecía encontrarme conmigo mismo, con esa parte que te entregué y que sólo podía ser mía en mi soledad, puesto que con tu presencia la embaucabas bajo tu poder, se rendía ante tus pies con solo una mirada, si sonreías deliraba y si se te ocurría rozarla con una de tus preciosas manos moría de placer.

Y viniste, sigiloso y cauto te acercaste hasta que estabas a pocos centímetros de mi espalda y, sin darme la vuelta, volví a sonreír al cielo porque sabía que tú también estabas sonriendo, porque me habías encontrado y porque, en aquel momento, los dos teníamos las mismas ganas de mirarnos a los ojos y besarnos. Me di la vuelta y allí estabas, espléndido, nuestras frentes, nuestros ojos, nuestros pómulos, nuestras bocas y nuestras barbillas quedaron a la misma altura, y como al son de una misma música nos acercamos lo justo para que nuestros labios se fundieran en ese beso que nos pedíamos sin palabras, que era nuestra clave secreta, ese beso que no podía faltar cada día, más tarde o más temprano, ese beso que busque durante tanto tiempo en otras bocas y jamás encontré hasta que probé la tuya y tu sabor quedó impregnado entre mis labios cual tatuaje grabado a fuego lento en la más frágil de las pieles.

Caminamos juntos por la arena de la playa, agarrados de la mano sin hablar, no hacía falta, nos conocíamos lo suficiente para que predijéramos con el más absoluto de los aciertos lo que cada uno decía con los ojos. En aquel momento recordé cuando nunca antes había creído que algún día sintiera algo así por alguien, y nos abrazamos otra vez en la orilla de la playa, nuestros cuerpos se devolvían el calor como en el más perfecto sistema de retroalimentación, protegiéndonos de la brisa helada que hacía aquel duro diciembre. Aún así, decidimos quitarnos los zapatos y acercarnos un poco más para sentir el agua en nuestros pies. Descalzos avanzamos apenas un metro y, cuando una pequeña ola murió en la orilla y su espuma blanca estuvo a punto de rozar mis pies sentí en ellos la baja temperatura del agua que recorrió mis piernas, me contrajo el estómago, me hizo apretar los dientes y cerrar los ojos.


Para cuando volví a abrirlos estaba tumbado en mi cama y un rayo de sol me encandilaba. Tanto silencio me inquietó, me incorporé lentamente, desconcertado porque no sabía cómo había llegado hasta allí. Pasaron apenas unos segundos, cuando me di cuenta de que no existías, de que eras producto de mi imaginación, de que venías solo de noche cuando yo estaba dormido, que te había creado en sueños según mi voluntad, y que todo aquello que me esmeraba por encontrar de día, solo lo conseguía de noche. Eras efímero en mis pensamientos pero tu imagen se desvanecía en mi mente para volver cada noche a surgir de un lugar que aún no sé exactamente si es real o es tan ficticio como tú.

Como dijo George Bernard Shaw, “algunos hombres ven las cosas como son y se preguntan por qué. Otros sueñan cosas que nunca fueron y se preguntan por qué no”...

07/12/2008

Cobarde por amor

Iba yo camino al trabajo cuando, por casualidad, escuché la melodía de una canción que empezó a gustarme mucho, presté atención y empecé a escuchar al que cantaba, seguí atendiendo y pude escuchar algunas frases de la letra que terminaron por enamorarme...

(…) y correr dicen que es cosa de cobardes (…) yo lo soy y no me importa confesar que más que nadie, pero aquí ¿quién no es cobarde por amor? (…) perder a quien se ama con la furia que desata el huracán, comprobar que en casa ya no espera nadie y que no hay nadie a quien puedas esperar (…)


En los ratos libres a lo largo del día, adelantaba en mi lectura de Cosmofobia (Lucía Etxebarría) y encontraba cosas como éstas:

"Amor y deseo son cosas diferentes, que no todo lo que se ama se desea ni todo lo que se desea se ama"
"(…) que en la vida hay siempre molinos de viento contra los que uno no puede luchar, porque esos molinos no se mueven nunca de su sitio y siempre están moviendo las aspas en la misma dirección, (…) así que lo mejor es dejarlos donde están, inamovibles, y olvidarse de ellos y continuar camino, que ellos sigan a merced del viento agitando las aspas como quien proclama a gritos una verdad (…) la pluma es la lengua del alma, pero al alma a veces no la entiende nadie"

A veces pienso que aunque nos empeñemos en quitarle hierro al asunto del “amor”, al fin y al cabo todos terminamos cayendo en sus zarpas, siendo víctimas de su veneno, tropezando con él como si las mismas piedras vivas aparecieran una y otra vez en nuestro camino o como molinos de viento que, aunque no se mueven de su sitio, nos empeñamos en volver a visitar.

Esta melancolía o nostalgia que de repente descubro en mí y que no sé bien a qué viene tal vez no sea otra cosa que ganas de sentir que sigo vivo, que puedo querer y encontrar a quien me quiera, que puedo dedicarle una canción a alguien y escuchar la que alguien me dedique, querer lo que no se tiene o, tal vez, no sea otra cosa que la tontería de un domingo aburrido en el que me toca trabajar, ¿verdad?

Y es que ¿quién no ha sentido que una canción o un libro dice algo mejor de cómo tú mismo podrías expresarlo?, ¿quién no ha mirado al futuro y ha hecho planes alguna vez con alguien invisible?, ¿quién no ha visto una película de amor y se ha imaginado como protagonista?

Y es que ¿quién no ha sido cobarde por amor?

06/12/2008

El viaje de vuelta (II)

(...)

Con sus compañeros tenía poca relación y solamente hablaba con alguno que otro, chico, eso sí. Las chicas la envidaban por la implicación que Natalia mostraba en su trabajo, la envidiaban porque la creían perfecta. Un mal día, Carlos, un compañero, decidió ir a la oficina del jefe y proponerle una estrategia basada en un tema de patrocinio que ayudaría a mejorar la imagen de la empresa; propuesta que días antes le había contado Natalia, recibiendo alguna respuesta evasiva y de desaprobación. Al jefe le pareció tan maravillosa que se llevó a cabo en cuestión de días y Carlos se ganó una serie de comisiones. Por supuesto, éste nunca dijo que aquello no había sido idea suya.
Rendida ante lo que llevaba cuatro años soportando, Natalia no mostró interés alguno en reprocharle nada a Carlos, pues no serviría de nada y se limitó a pasar el rato del café de cada día, sola, pensando en lo injusto de la situación, en la falsedad que movía aquella compañía por el libre mercado y lamentaba que, a estas alturas de la película, aún fuera cierto que para que a una mujer se le valore el trabajo tanto como a un hombre, debería de hacer un esfuerzo doble o, incluso, triple. Y pasaban los días y ella se iba en las vueltas que daba el café que cada mañana tomaba, pensando, esperando que algún día todo pudiera cambiar.
Escuchó aquella voz enlatada que se le antojaba familiar, que decía: fin del trayecto, y regresó de sus pensamientos a la realidad. Se puso en pie, abrochó dos botones de su abrigo y se preparó para esquivar lo mejor que pudiese la lluvia que caía del cielo, amenazadora y con toda la fuerza que a ella le faltaba en ese momento. Salió del tranvía y cruzó la calle, se iba refugiando de la lluvia como podía de camino a su casa, donde la esperaría su madre, mujer soltera y que, mucho más infravalorada que ella, luchó por sacarla adelante en otro tiempo en que una mujer no era más que la sombra de un hombre. Cuando llegó al portón de su edificio sacó las llaves e introdujo con acierto y costumbre la que abría la puerta de aluminio; se detuvo por un momento y pensó en su madre, que la esperaba en el cuarto piso, pensó en lo parecidas que eran tanto física como interiormente. Sostuvo la puerta con una mano y volvió su vista al cielo, mirando el agua que caía de las nubes grises que anunciaban tormenta, sabiendo que aquella lluvia que estaba mojando su vida, igualmente, volvería a caer mañana con la misma intensidad.

¡FIN!

04/12/2008

El viaje de vuelta (I)

Aquí te dejo la primera parte de un relato corto que el curso pasado presenté a un concurso de literatura que hubo en mi facultad en celebración del día del libro; concurso del cual no recuerdo ni el nombre, pero que tampoco gané. El concurso consistía en escribir un relato corto que comenzase obligatoriamente con la frase "Como no podía ser de otra forma, estas cosas sólo pasaban en su compañía" y, además, tenía que guardar relación alguna con la foto que aparecía en el cartel, que era una imagen del tranvía de Tenerife... y éste fue el resultado.
Pronto subiré la segunda parte. Espero que te guste y que opines en los comentarios.


EL VIAJE DE VUELTA

Como no podía ser de otra forma, estas cosas sólo pasaban en su compañía. O eso creía. Un día más volvía del trabajo en aquel tranvía que detestaba por haber quebrado la ciudad en dos, pensaba en sí misma y en porqué se dejaba llevar hacia donde el destino dirigía su vida si ella quería nadar, precisamente, a contracorriente. Subía en tranvía porque era mejor que coger el coche en todo caso y seguir contaminando el aire que cada vez le faltaba más, como le faltaba en aquel momento, con el tranvía lleno de gente y mientras ella, mirando algún celaje, pensaba en su vida.


Natalia, sabedora del potencial empresarial que tenía, era consciente también de que había sido contratada como secretaria más por guapa que por inteligente y, aunque procuraba no arreglarse mucho para ir a trabajar, no podía burlar las miradas de su jefe y los comentarios con doble intención que rebasaban el umbral de lo que una mujer actual consideraría respeto. No podría decirse que aquello fuera acoso laboral, pero le molestaba profundamente. Y por ello se sentía infravalorada, se sentía objeto de las generalizaciones de la sociedad y de las pocas neuronas de su jefe y vivía en la hartura de no poder conseguir manejar su vida como ella quería.

Hacía cinco años y medio que había acabado su máster en Dirección y Gestión de empresas con notas lo suficientemente buenas como para poder saber aplicar toda aquella teoría a la compañía que cada noche soñaba crear, presidir y dirigir algún día. Era una trabajadora impecable y aprovechaba cualquier oportunidad para comentar posibles mejoras en su empresa y actuaciones que podrían dar un beneficio en un porcentaje lo suficientemente alto como para que aquellos sueldos que rozaban la esclavitud cambiaran, se sustituyeran los muebles y equipos viejos, se reformaran las oficinas y, aún con ello, los directivos pudieran embolsarse un buen pellizco. Pero los altos cargos que ella conocía apenas la escuchaban, mostraban interés solamente en sus pechos, sus piernas, sus manos, su pelo, sus labios o su caderas y, mientras ella les miraba directamente a los ojos y les comentaba las propuestas de mejora que había pensado, notaba como las miradas de aquellos hombres, mucho mayores que ella, recorrían su cuerpo rozando lo obsceno y, cuando finalizaba sus discursos, recibía por respuesta un “Natalia, eso no me parece buena idea ahora” o “Ése no es su trabajo” y nunca le dieron un voto de confianza, a pesar de que sus propuestas eran inmejorables.

02/12/2008

No es como otra cualquiera

Sincera, transgresora, directa, visceral, revolucionaria, polémica, culta, estupenda, divertida, buena madre y espectacular escritora son sólo algunas de las palabras que podrían usarse para definir a una mujer como ella, una auténtica sagitario, una más entre las demás pero que destaca por ser única y no mediocre.

Su nombre lo dice todo: Lucía Etxebarría. Ella nació en Valencia pero se trasladó a Madrid donde estudió Filología Inglesa y Periodismo y donde reside actualmente. Desde que escribió su primera novela (Amor, curiosidad, prozac y dudas – 1997) ya levantó polémica y no dejó indiferente a nadie, tanto fue así que al año siguiente ganó el Premio Nadal con “Beatriz y los cuerpos celestes”, una de sus mejores obras. Durante su intensa vida ha impartido clases de escritura de guión en Escocia, ha escrito guiones como por ejemplo el de la película Sobreviviré, adaptó su primera novela al cine, ganó el Premio Primavera en 2001 con “De todo lo visible y lo invisible”, reeditó su primera obra incorporando una parte nueva y recibió el Premio Planeta en 2004 con su segunda mejor obra, “Un milagro en equilibrio”. Además de todo ello, en 2001 fue investida Doctora Honoris Causa en Letras por la Universidad de Aberdeen (Escocia), en 2005 compiló y tradujo “La vida por delante: voces desde y hacia Palestina”, ha levantado sospechas sobre su sexualidad, ha sido acusada de plagio y, aún así, fue absuelta y su honor ha quedado intachable.

Junto con otras 12 escritoras reunió 13 relatos eróticos en un interesantísimo libro que titularon “Lo que los hombres no saben… el sexo contado por las mujeres” y que fue editado en 2008.

Si aún no la conoces y, después de lo que te he contado y has visto, no sientes la mínima curiosidad por ella es que entonces o no te gusta la lectura o aún no te has leído ninguno de sus libros.

Mi recomendación es: Beatriz y los cuerpos celestes (1998) y Un milagro en equilibrio (2004), sin duda alguna, sus dos obras maestras. Espero que, si los lees, los disfrutes tanto como yo.

Su página web: www.lucia-etxebarria.com
Su blog: Una Blog como otra cualquiera

26/11/2008

Navidad, ¿dulce Navidad?

Parece que fue ayer cuando era 26 de noviembre de 2007, que fue ayer cuando se acercaba la Navidad, el fin de año, los exámenes, los carnavales, todo junto… parece que fue ayer pero, cuando desperté, ya era hoy y ha pasado un año sin darme apenas cuenta.

Intentamos manejar y agarrar el tiempo de tal forma que cuanto más apretamos más se nos escapa de las manos, como si intentáramos coger un pez; así una y otra vez, sin cansancio, sin tregua, sin rendición, sucumbimos a las agujas del reloj, prisioneros de un tiempo que es nuestra propia creación.

La semana que viene ya estará todo decorado con motivos navideños, la gente tendrá los árboles en sus casas, los centros comerciales las luces intermitentes e incansables, de las farolas colgarán adornos rojos y dorados y todo el mundo le cantará a la paz y al amor.
Pero, ¿acaso hay falsedad más grande que engañarte a ti mismo? No quiero ser drástico, ni dramático, ni pesimista, pero no conozco a nadie que durante el año pretenda lo que se pretende en estas fechas, y ¿por qué?, porque en Navidad hay que ser el más chachi, el más guapo, el que más compra (aunque no tengas dinero suficiente para pagarlo), el que más sale, el que más se divierte, el que más familiares logra reunir en la cena de Nochebuena (aunque no se lleve bien con ellos), el que más sonríe por fuera cuando está llorando de rabia por dentro.

El consumismo, el capitalismo, el paso del tiempo, el egoísmo y las ganas de querer ser quienes no somos le han quitado el sentido a unas fechas que, en algún momento de la historia, debieron de haber tenido un significado vivo, real y sustancial.

No señores, no somos tan guay, no nos llevamos tan bien con nuestra familia, el resto del año no le cantamos a la paz y al amor y, mucho menos, a la religión (si no olvidamos que la Navidad tiene un trasfondo totalmente religioso, por más que nos pese a algunos), no regalamos con sentido y con significado sino que la cantidad se ha vuelto directamente proporcional a nuestro “prestigio social” (por llamarlo de alguna forma). No señores, no; nada de lo que hacemos en estos días de “natividad de Nuestro Señor Jesucristo” es verdad, empezando porque el Papa Noel con el que hemos crecido es un invento de la señora Coca Cola.
¿Se nota mucho que no me gustan la Navidad ni la Coca Cola?

Pero ¿creías que porque yo te lo dijera y lo expresara a los cuatro vientos iba a ser distinto?, ¡pues no!, y eso aún me da más rabia. Mañana me toca a mí ir de compras navideñas para regalarle a mis seres queridos, eso sí, con mi sueldo que no es gran cosa y la archinombrada crisis, que no es tan crisis viendo los niveles de consumo en los centros comerciales, yo no me atrevo a regalarle más que a mis padres y a mi hermano.

Por cierto y hablando de fiestas y fechas de gratitud, humildad y buen rollo: ¿alguien me ofrece un buen plan para Nochebuena y también para Nochevieja?, aún no sé que voy a hacer y, como siga así, me veo en la cama antes de las uvas.
¡Se permiten propuestas en los comentarios!

24/11/2008

Diario de una 'censura'

Hace dos semanas o así se me antojó ir a ver una película al cine de la cual había oído hablar mucho. Muchos la comentaban siempre positivamente y otros tantos la recomendaban con la boca llena. Mi sorpresa cuando un día cualquiera me propongo ir a verla es que la película había durado en cartelera dos semanas escasas y, sí, sé que esto puede ser cosa de la distribuidora, del propio cine o de la bomba de hidrógeno, pero ahí empezó mi cabreo.

Dicha película es "Diario de una ninfómana" y ante la imposibilidad de verla en la gran pantalla, y aunque moralmente sea incorrecto, me propuse verla en cualquiera de las miles de páginas de cine online que existen, pero mi segunda sorpresa fue que en ningún website dedicado a esto la tenía, ni siquiera aquellos en los que estaban los estrenos ‘más recientes’.



Empiezo a investigar un poco sobre la película, el reparto, los tráilers, la temática, el argumento, etc., y mi cabreo termina en hecatombe cuando me encuentro con algo que, hasta entonces, nadie me había comentado: el cartel de dicha película había sido CENSURADO en ¿¿¿¡¡¡Madrid!!!???



Sí… ¡en MADRID!



Y entonces ya yo no supe si reírme de la capital de mi propio país o empezar a llorar por vivir en él. No es que yo tenga nada en contra de la ciudad, todo lo contrario, de hecho la he visitado cuatro veces en menos de un año, pero me parece algo más que patético que una ciudad capital de un país como España, que alardea muchas veces de libre, vete un cartel de una película porque se vea medios muslos de una mujer, una barriga, una braguita transparente y una mano que tapa el pubis. La excusa que habría puesto el o los censores es que ‘no era un cartel apto para niños’ y yo me pregunto, ¿acaso no es peor que los niños vean apologías al sexismo, a la homofobia, al racismo, a la violencia, a la discriminación y a muchas cosas más que cada día la televisión o los distintos medios de comunicación hacen gratuitamente y en horario, supuestamente, infantil? Es que tampoco quiero entrar en polémica porque ni este blog ni ningún otro se merece que se dé cancha a personas que son capaces de hacer semejante barbaridad hoy en día, pero, ¿porqué no se censura, por ejemplo, lo que, supuestamente, es ‘la fiesta nacional’ y supone un crimen a un animal?, ¿acaso eso representa a la ‘mayoría?, ¿si un niño ve eso y crece con ello está mejor educado que si ve una marquesina con un cartel que muestra una parte del cuerpo femenino?, ¿porqué se destina dinero público, dinero que pagamos todos, a este tipo de asesinatos que van en contra de la protección de animales?,… podría seguir preguntándome y preguntándote cosas toda la noche y hacer esta entrada infinita, pero todas las preguntas desembocan en las mismas respuestas:



Pues porque vivimos en España señores, porque creemos que estamos avanzando y en determinados temas me da la sensación de que involucionamos, porque los que nos manejan son tan hipócritas como idiotas los que los creemos, porque esto deja al descubierto el mal olor derechista que tiene la capital de este país y porque como bien ha declarado el director de la película (Christian Molina):



"Términos como 'dudosa legalidad' o 'gratuitamente provocativa' recuerdan a los informes de la censura franquista"



Y también la propia protagonista del best-seller en que está basada la película (Valèrie Tasso):



"Si la obra se hubiese titulado 'Diario de un asesino' seguramente no hubiese habido ningún problema"



"Me escandaliza que en 2008, en España, existan unos 'censores' así"




Pues por todo eso y para los que les haya molestado que esta película se titulase así, que tuviese esa temática y ese cartel, aquí les dejo SIN CENSURA, el tráiler y el susodicho poster de la película:



21/11/2008

Bella

Porque existen otros tipos de amor más que aquel que nos viene a la cabeza nada más leer la palabra de cuatro letras, porque no todas las historias bonitas de amor tienen que ser un romance entre dos personas, porque es bueno recordar que un acto en nuestras vidas puede cambiar nuestro rumbo para siempre, porque cualquier día puede convertirse en el peor y a la vez en el mejor de todos…


…porque te devuelve a la realidad cuando ya has perdido el sentido en un mundo tan superficial como el que vivimos, porque te hace ver las cosas desde otro punto de vista, porque te emociona, porque te envuelve, porque es conmovedora, porque es de las más galardonadas en 2007, porque te da una lección sobre la vida, porque te muestra la sencillez y la dificultad de las cosas al mismo tiempo, porque merece la pena y porque es bella.



Por todas esas razones y por muchas más te recomiendo esta película que es capaz de enamorar desde el primer fotograma al último, ¡disfrútala!



www.bellalapelicula.com

20/11/2008

Tras un mes...

Hoy este blog cumple un mes...

Cuando cree este espacio no sabía bien qué uso iba a darle ni lo que iba a ser publicado en él, en este momento tampoco lo sé y sólamente estoy dejándome llevar por lo que me apetece contar, escribir, transmitir y decir en cada momento.


Tras un mes en el que he intentado poner lo mejor de mí en cada palabra, sólo he de decir que me apetece seguir haciéndolo, mostrándote y mostrándoles cómo soy sin necesidad de tenerme delante, de mirarme a los ojos o de escuchar mi voz y, aunque no sé por cuanto tiempo, la necesidad de expresarme seguramente me hará seguir plasmando mis palabras aquí o en cualquier otro website si se diera el caso.


En tan sólo 30 días mi blog ha tenido ya 589 visitas, 13 entradas y otros tantos comentarios. A tí, que sé que sigues mi blog, que entras siempre que puedes a leerme, que lees y comentas mis entradas, sólo me queda decirte que:

¡GRACIAS!

18/11/2008

Cuando ya no sientes nada

Cuando crees que nadie confía en ti, cuando nada te sale como crees, cuando estás tan agobiado por todo lo que tienes que hacer y no sabes si quiera cómo empezar, cuando quieres que salga el sol y llueve, cuando te cuesta madrugar y no le encuentras ni un solo motivo al día para seguir madrugando al siguiente, cuando buscas algo al otro lado de un muro y al saltar te has dado cuenta de que estaba en el lado contrario, cuando crees que le importas a alguien y una acción te devuelve de golpe a la realidad enseñándote la mentira que has vivido, cuando intentas una y otra vez disfrutar del momento pero no hay nada que te haga sentir bien, cuando no confías en lo que haces ni en lo que dices, cuando no te ubicas en tu entorno ni te encuentras si te miras desde fuera, cuando en casa las cosas parecen seguir el mismo ciclo del horror cada día, cuando piensas que mañana será diferente y cuando te levantas te das cuenta de que el reloj marca la misma hora de ayer, cuando te empeñas en conseguir algo que ves cómo se aleja cada vez más de ti, cuando te imaginas un futuro y no ves más que sombras, cuando de tanto sentir ya no sientes nada…


…¡sonríe!

Siempre digo que hay dos formas de afrontar todo lo que nos ocurre, una es asumiendo la vida con la mejor de nuestras caras y la otra es con la peor de ellas. Plantéate que si vamos a tener que enfrentarnos a la vida con sus más y sus menos y que, aunque a veces los menos sean más que los más, tenemos que plantar cara, hazlo de la mejor forma que puedas. Esta noche cierra los ojos, duérmete y sueña, créate un mundo que nadie te pueda quitar, borrar o transformar y piensa que al final todo está bien, sino, no es el final.

16/11/2008

Blogs contra la pornografía infantil


El próximo jueves 20 de noviembre es el día universal del niño y desde este blog se quiere aportar ese granito de arena en lo que se pueda para proteger a los menores de edad de la pornografía.


Muchas de las personas que comercializan pornografía infantil saben bien lo que hacen, aun así, en muchos casos la justicia termina denominándolos enfermos mentales y reduciendo sus penas que, originariamente, habrían sido mucho más rigurosas. Puede que en algunos casos sea cierto pero, en otros, detrás de quien utiliza a los niños como objeto de deseo no hay ninguna enfermedad sino, simplemente, una mala persona.


No es justo que los menores de edad, que no pueden decidir legalmente por ellos mismos, sean sumergidos en un mundo como el de la pornografía. Tampoco es justo que, aun estando penado por la Ley, algunos degenerados y depravados (por calificarlos con palabras suaves) sigan haciendo uso de sitios webs de ese tipo, como tampoco lo es que sitios así existan. Esperemos que algún día todas y cada una de las investigaciones que se están llevando a cabo y que, desgraciadamente, se tendrán que emprender por casos parecidos en el futuro, lleguen a dar con los culpables y responsables de que este tipo de pornografía exista y se acabe con ella.

Porque no es un lugar donde un niño pueda caber…

¡NO a la pornografía infantil!

12/11/2008

Momento erótico

Para todos aquellos a los que, como a mí, les gusta lo erótico, lo sensual, lo atrevido, lo picante...
Late Chocolate, una tienda de productos eróticos para las mujeres, presenta el primero de una serie de anuncios, "La Petite Mort", disfrútalo:

10/11/2008

Los "grandes" también se equivocan

Me da pena pensar que las grandes creaciones vienen siempre seguidas de alguna desgracia, alguna tristeza, de algún mal momento, me cuesta buscar el porqué después de estas situaciones los grandes artistas crean sus grandes obras, pero va a ser cierto.

Anastacia, una de las voces más preciadas del planeta, cuando en 2003 se preparaba para realizarse una reducción mamaria se descubrió un bulto en el pecho que resultó ser cáncer. Tras su intensa lucha logró vencerlo y salir de él totalmente curada, así, en 2004 sacó un disco (Anastacia) que vendría a reflejar, probablemente, toda la fuerza, la garra y el ímpetu que ella puso de su parte para lograr la victoria en esa batalla con la terrible enfermedad.

Tras algún tiempo de silencio vuelve a deleitarnos con su voz, que no con su disco, en un nuevo trabajo que ha titulado “Heavy rotation” porque, según ella misma declara, “es una frase que los locutores usan mucho (…) el significado es que la vida puede ser muy dura, pero todo cambia y se transforma en otra cosa. Parece el mejor título para mi momento vital”. Pues bien, es cierto que todo cambia pero, a veces, no a mejor ni a peor, sino a algo que ya fue, y eso es lo que opino del disco, es una involución o un retroceso, por llamarlo de alguna forma, a sus orígenes. No tiene nada que ver con su disco anterior que, para mí, ha sido y será el mejor de su carrera musical.

Creo que Anastacia se ha equivocado esta vez y, como es humana, podemos perdonárselo, pero siendo tal artista esperemos que no vuelva a suceder. El primer single de Heavy rotation es “I can feel you”, un tema pop-dance muy flojo, muy comercial y con la letra más banal que puedes encontrar de entre todas las canciones que conforman la carrera de esta artista; es un giño a temazos números uno como fueron el “I’m outta love” o el “One day in your life” pero, claramente, no los alcanza. El disco también nos deleita con un tema titulado “In summer” que es algo así como un desecho de lo que, en principio, parecía una canción pero que en realidad se quedó en un "proyecto de…”, en fin, en verano estarían los compositores cuando la crearon y el efecto del calor sobre el cerebro debió de dañarles el gusto, aún así, la gran Anastacia decidió que iría en el disco. No contentos con ello, en el tracklist decidieron que la canción antes descrita fuera seguida de la que da título al disco y que, más que una canción, a mí me parece un chunda-chunda desagradable, un remix mal hecho de lo que en el fondo era una canción en la que la cantante no demuestra ni las tres cuartas partes del chorro de voz que tiene y que, además, los productores, arreglistas o quien quiera Dior que fuera, se empeñó en agregarle unos efectos vocales innecesarios que la hacen más horrenda si cabe. Seguimos avanzando en el tracklist y nos encontramos a la que, a priori, parece que va a ser el baladón del disco pero que decepciona más que las anteriores, “Never gonna love again” intenta ser como aquel temazo que fue “You’ll never be alone” pero con un título casi antónimo y, sinceramente, es otro deshecho con unos sonidos en la base musical que aún estoy intentando averiguar de dónde proceden. Y finaliza el disco con la canción más floja y menos animada que he escuchado en mucho tiempo “You’ll be fine” que está hecha como para que, cuando lleve un minuto sonando, quites el disco y te pongas la Máxima FM buscando el desgarro y el carácter que no has encontrado en el nuevo disco de Anastacia.


Si cambiamos de términos y miramos la portada, en principio y desde el estante de la tienda de discos vemos a una cantante guapísima, exótica y sensual, cuando cogemos el disco y nos acercamos a la caja a pagarlo, nos damos cuenta de que Anastacia parece más un hombre que una mujer; y si ya lo abrimos y miramos el libreto, exceptuando dos fotos, en las demás la vemos o fumada o borracha o tumbada o sentada en posturas sin sentido alguno.


Pero no todo iba a ser malo, ¡no! Y menos mal… Anastacia, como una de las grandes que es supo salvar su tan esperado disco e incluyó en el temas que hacen que merezca la pena haber pagado 13,49€ tal y como está el mundo musical y tal y como está la economía española actual. Sin duda alguna, “The way I see it” y “Same song” son las grandes señoras del disco, con sonidos muy de moda actualmente y letras más trabajadas, te levantan el ánimo y te hacen redescubrir el vozarrón de la susodicha aunque, sinceramente, el tipo de canción recuerda mucho a Amy Winehouse pero, sin duda alguna, espero que alguna de estas dos sea single. También tenemos “Defeated” que es un medio tiempo que desbanca al resto de canciones lentas del disco y donde sí que se encontraba escondida esa fuerza que es el sello de Anastacia, la escuchas y te aporta las ganas y la fuerza necesarias para cantarle eso de I can’t be defeated!!! a alguien que se lo merezca. Y luego esta “I call it love” que es la canción buen rollito del disco, una melodía chula, una letra tal vez típica sobre el amor, pero que al lado de algunas ya nombradas, te hacen creer que es un temazo y, en realidad, lo es.

A mi parecer este nuevo disco de Anastacia vale la pena al 50%, si quieres encontrarte un disco con la calidad del anterior o, al menos, algo que se le acercara mínimamente (tal y como esperaba yo) no te lo compres, escucha los samples en iTunes y cómprate sólo las que te apetezcan; si quieres un disco para que te acompañe en el coche de camino a la universidad, al centro comercial cuando vas de compras o un sábado antes de ir a cenar con tus amigos, éste es tu disco y si, haga lo que haga Anastacia, te lo vas a comprar igual porque la adoras, cómpratelo, pero ten en cuenta que no será su disco más escuchado, o por lo menos no en mi caso, que soy fan y me he hecho con todo lo que ha publicado.



Al fin y al cabo esto no es más que una lección para hacernos dar cuenta de que todas aquellos artistas, sean del ámbito que sean, que mitificamos no son más que personas iguales que nosotros, que también se equivocan, que cometen errores y que no siempre lo que hacen es “lo correcto”. Como bien canta otra de mis cantantes favoritas y que también se ha equivocado muchas veces… “Amor y lujo, cuerpos de gloria (…) esas estrellas lucen tan bellas, (…) son como tú, asómbrate, son como tú”.

05/11/2008

Lo que prometiste

Seguramente a todos nosotros alguien nos habrá prometido muchas cosas algún día sin llegar a cumplir, siquiera, la mitad. Es probable que en más de una ocasión nos hayamos cegado con alguien que no nos “convenía” y, a pesar de las evidencias para el resto del mundo, para nosotros seguía siendo esa persona que queríamos en nuestras vidas. Y, tal vez, esa misma persona, después de habernos despojado de lo que nos ataba a él o a ella, y después de demostrarle al mundo que podíamos vivir sin su presencia, haya vuelto más tarde a rogarnos, a pedirnos perdón y queriendo ser otra vez dos prometiéndonos amor… sí, es casi seguro que a todos nos haya pasado alguna vez.

Dicen que el destino nos pone a prueba haciéndonos conocer a tantas personas equivocadas para que, en cuanto nos crucemos con la persona adecuada sepamos reconocerla sin dudar. No sé si esto es cierto o no porque aún no me ha ocurrido, pero sí que han pasado por mi vida personas equivocadas, ¿y qué?, todo forma parte de nosotros mismos y nos aporta algo de lo que somos hoy en día. Lo importante no es acertar o equivocarse, tal vez, la importancia del amor en nuestras vidas resida en vivirlo sin querer entenderlo todo y, con el tiempo, recordar, ver el camino recorrido, visualizar todo aquello que hemos aprendido, reírnos de nosotros mismos y, sobre todo, de aquello que nos prometieron en vano. Para ser felices y vivir en paz con nosotros mismos, a veces tenemos que frivolizar un poco.

Para todas esas personas que “prometieron” alguna vez sin saber bien de qué hablaban, una canción:



ANDERMAY - Lo que prometiste

03/11/2008

Ni tan iguales, ni tan diferentes

Sé que hay momentos en los que te sientes fuera de lugar, en los que te sientes diferente, distinto, momentos en los que el salirse de lo “normal”, más que hacerte sentir bien, te hace no encajar. Hay momentos en los que te sientes ignorado, en los que tienes la sensación de que gritas a pleno pulmón y nadie se da la vuelta para mirarte porque nadie te escucha. Sé que te sientes harto, vacío, insignificante y sin valía, sé que a veces crees que eres lo peor, o peor aún, que no eres nada.

También sé que en esos momentos no quieres otra cosa más que aparezca alguien que te señale la salida, que te acompañe y te diga palabras que te hagan sentir bien, alguien que te valore y que vea el significado de todo lo que haces, que se dé cuenta de que estás mal sin tener que decírselo con palabras, una persona que te de un beso o un abrazo cuando fracases y realmente lo necesites, y que se alegre contigo cuando algún triunfo aparezca en tu camino.

Sé que a veces has pensado eso de que “se ríen de ti porque eres diferente, pero tú te ríes de ellos porque son iguales a los demás”, y también sé que en este momento esa frase carece de sentido alguno y no te hace sentir bien puesto que no quieres ser diferente si el precio que has de pagar es convertirte en nada.

Lo sé, sé cómo te sientes… y ¿sabes por qué lo sé?, porque yo también me he sentido así.
No pienses que eres el único, nos empeñamos en clasificarnos y miramos siempre buscando diferencias entre nosotros y los demás, lo hacemos de una forma innata porque, en realidad, todos somos más parecidos de lo que creemos.
Olvida todo eso que sientes y empieza a sentirte bien de nuevo siendo tú mismo.

31/10/2008

No looking back

No, hay veces que no es bueno ni es sano mirar atrás. Suele ser común que nos dediquemos a vivir en el pasado, lamentándonos y pensando en "lo que hubiese sido si…"; todo ello no nos permite disfrutar del presente y, en muchos casos, volver la vista atrás nos impide ver que es mucho mejor lo que tenemos delante y que siempre es más interesante mirar al cielo que al suelo.

Una vez alguien me dijo que si tengo que arrepentirme de algo, que sea de lo que hice y no de lo que dejé por hacer y, en mi forma de ser, un tanto visceral y arriesgado en cuando a las decisiones que he tomado siempre, me he dado cuenta de que los arrepentimientos casi nunca nos aportan nada mejor de lo que ya tenemos.
Por eso hoy no es día de arrepentimientos, es día de mirar adelante, sonreír y dar pasos en la dirección que más nos apetezca. Y esta sensación de seguridad, de fuerza, de optimismo, de buen rollo al fin y al cabo, me recorre el cuerpo cada vez que escucho canciones como ésta:

La cantante se llama Damita, su canción, “No looking back”, me enganchó hace tiempo y, desde entonces, no me canso de escucharla, es positiva y sencilla pero elegante al mismo nivel y me hace sentir bien. Ya sabes, coge tu mp3/mp4/iPod/…, ponte la canción más optimista y que más te guste, sal a la calle, sonríe y no mires atrás… ;)

28/10/2008

"La ilusión no es suficiente"

“Tienen mucha ilusión… pero eso no es suficiente”. Fueron estas las palabras que con las que me dijeron que no pasaba el casting del programa Fama ¡a bailar!. Sí, este lunes me fui a Las Palmas, porque la semana pasada me llamaron y me citaron para el casting. Ya lo había intentado una vez el año pasado, había fracasado en el intento y la historia se ha vuelto a repetir este año. Sinceramente, cuando salí del casting me sentí frustrado, defraudado, cabreado y sin ganas de seguir bailando, nada tenía sentido y no valía la pena seguir haciendo algo para lo que a lo mejor no sirvo, puesto que no había sido capaz de pasar el casting, ni aún intentándolo dos veces.

Ya hoy estoy más optimista. A pesar de todo, la experiencia es interesante, se conoce gente, te ríes mucho y compartes una misma ilusión; todo se vive muy intensamente y las emociones y los nervios están a flor de piel. Al fin y al cabo, es bonito saber que, al igual que tu, hay muchas personas que están dispuestas a dejarse la piel en un escenario. Hoy claro que quiero seguir bailando, quiero seguir aprendiendo, seguir formándome y seguir adelante. Sigo teniendo la misma o más ilusión que ayer y, aunque no sea suficiente para entrar en “Fama”, sí que es suficiente para que siga bailando hasta que ya no pueda moverme, es suficiente para mí, al nivel que sea, y creo que eso es lo importante y ese es el comienzo.


No sé si habrá más oportunidades en otros castings o en otros programas de televisión, puesto que si es verdad que, cuando vives las cosas desde dentro, se ven de otro color, pero sí que habrá mucho más baile, habrá más de mi y habrá más demostraciones de qué es realmente lo que me gusta hacer.

Desde aquí quería agradecer especialmente a todos aquellos que me han apoyado, que han confiado en mí y que han compartido ese sentimiento raro, mezcla de tristeza y decepción al saber la noticia, gracias por animarme a presentarme y también por animarme ahora, son pocos, pero son grandes y eso, al fin y al cabo, es lo que me importa.



Quería dar también las gracias a Milena RH por las preciosas fotos que me hizo para llevarlas al casting, puesto que me pedían una foto reciente y no tenía ninguna en condiciones. Milena es una joven artista, fundadora de una tienda on-line de ropa vintage, llamada SOHO VINTAGE (http://www.soho-vintage.com/) la cual administra maravillosamente ella misma (web, fotos, blog, compras, pedidos, contabilidad,…) y, desde que la conocí, he tenido la sensación de que es una persona muy especial, alguien que tiene un nosequé diferente, que atrapa y te puede sorprender en cualquier momento. Sinceramente, ella tiene mucho rollito y por eso, desde aquí, le quiero dar las gracias por las fotos y también por ser ella misma siempre.



Gracias Mile ;)

25/10/2008

Un viaje hacia un sueño

Hay quienes dicen que los sueños se cumplen, otros creen que son sólo eso, sueños, y que el sentido de la vida reside precisamente en intentar conseguir lo que no se alcanza; y luego están los que, como yo, soñamos e intentamos alcanzarlos sin saber bien si algún día podremos lograrlo o no, creyendo a veces en todo y a veces en nada.

En algunos momentos pesimistas he llegado a pensar que los sueños son solo oportunidades que nos da la vida para acercarnos a todo aquello que jamás podremos tener en realidad, pero me duele pensarlo, me niego a creerlo y cruzarme de brazos esperando a nada, conformándome, y resignándome a que soñar es a lo más que puedo aspirar.


Esta semana he recibido una llamada. Una llamada que, no sabes cuánto, me ha hecho recuperar la ilusión que hace un año había perdido casi por completo. Sin pensarlo he cogido ropa, he hecho las maletas y he sacado el primer billete que me lleve al destino donde he de demostrar lo mucho que quiero una oportunidad, donde tengo que expresar sólo con movimientos lo que tanto tiempo llevo soñando despierto y también dormido, lo que ya intenté una vez, fracasando en el intento, pero que vuelvo a repetir con más fuerza si cabe.

En dos días me embarco en una aventura que, siendo cual sea su final, espero que la experiencia sea tan positiva como cuando lo intenté la vez pasada.
No quiero pensar demasiado en ello, pero a la vez no puedo dejar de imaginármelo, tampoco quiero planificar nada demasiado, pero quiero estar preparado para lo que pueda venir. Quiero pensar que sí, pero sé que también es posible un no y, en la jugada, las posibilidades están al 50%, o me he hecho a la idea para no dejar que me afecte un posible error en la ejecución.

Me voy con paso firme y decisión, con fuerza y más ganas que nunca, solo en este intento, deseando y soñando que, al regresar, me dé cuenta de que la suerte fue mi compañera.

El lunes te contaré cual fue el resultado, hasta entonces… sigamos soñando.

24/10/2008

Contigo (Concurso micro-relatos Fnac)

Esta semana ha sido un poco estresante y presiento que la que viene se acerca igual o peor. Haciendo mil cosas, con mil cosas en la cabeza y con otras mil aún por hacer. Espero salir “ileso” de la vorágine, aunque el lunes tengo un “receso” para poder respirar, me voy de viaje, así que espero que tanto agobio tenga sus frutos. Por ahora, deséame suerte, porque la voy a necesitar, y ya te desvelaré más adelante en qué consiste toda esta intriga...

Aquí te dejo “Contigo”, un micro-relato que presenté a un concurso en Fnac. Se celebraba el día del libro, y había que escribir un relato corto de 150 palabras como máximo, el tema tenía que ser “el libro” en general. Por desgracia, mi relato no fue clasificado entre los finalistas, pero lo escribí porque me apetecía hacerlo, porque me gusta escribir y, al fin y al cabo, los premios siempre son algo secundario; así que, si quieres, puedes leerlo y opinar que te parece, que para mí será mi premio. Espero que te guste.
Un saludo
CONTIGO
Llovía. Empapado llegaba a casa contigo bajo el brazo, refugiándote, para que no perdieras tu característico olor, ese que me envolvía en el mundo que me mostrabas juntando palabras. Como un ritual me tumbé contigo, desplegué tus brazos como alas, acariciándome en tu piel de papel, adentrándome donde solo tú podías hacerme llegar, a ese lugar inventado por mí. Me guiabas, pero dejabas que yo inventara a mi antojo colores en el cuento que ibas tejiendo en mi cabeza cual tarántula envenenada se fabricaba su tela para vivir sobre ella.

Para cuando el sol por la mañana logró golpearme la frente abatiendo al sueño, logré verte acabado en tu última frase y, mientras una lágrima caía por mi mejilla provocada por el fin de esta historia, ¡te echaba de menos tan pronto!… no iba a pasar más tus páginas; tocaba cerrarte. Me pasaba igual cada vez que acababa un libro.

22/10/2008

Principio y final, o viceversa

Nos empeñamos siempre en hacer perdurar las cosas más allá de lo que tienen que persistir, nos obsesionamos con los finales y buscamos razones para que nada termine. En el amor sufrimos y buscamos soluciones y, si no las encontramos, buscamos otro amor con el cual llenar el vacío que, intrínsecamente, vive en nosotros. En la vida, nos aferramos a una creencia pensando que vivimos sólo una parte más de la existencia que proseguirá en otro sitio, buscando un por qué e imaginando que nuestro fin es la eternidad. En nuestros trabajos creemos que lo peor que puede suceder es que todo acabe, ignorando que, tal vez, nunca debimos estar allí. Y así con cada cosa que nos rodea, piénsalo.

Tenemos miedo a los finales, por eso siempre vivimos entre comienzos de cosas que, creemos, diferentes y olvidamos pensar que, tal vez, una oportunidad perdida no es otra cosa que una oportunidad ganada. Dicen que “no hay mejor final que comenzar un buen principio” y siempre vemos los inicios de algo como felices y los finales como tristes, obviamos disfrutar de las cosas cuando las tenemos, sintiéndonos felices porque han sucedido y no llorar cuando acaban o terminan, y eso no es otra cosa que ser egoísta y quitarle valor a lo que el destino nos pone en el camino.

Son tantas cosas perdidas y tantas cosas ganadas, que no dudo en que cada día vendrá algo nuevo a mi vida y acabará otra cosa que formo parte de ella. Cuando el dicho “nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde” se pronunció por primera vez, seguramente quien lo hizo no tenía ni idea de la razón que poseía.

Mira a tu alrededor, relájate, siéntete vivo y disfruta de todas aquellas pequeñas cosas que se volverán imprescindibles en nuestra vida desde el momento en que empiecen a faltarnos; piensa que hay quienes no las tienen y créete afortunado porque, al fin y al cabo, “los finales no son más que principios de otras cosas parecidas a las anteriores”.

Un saludo

20/10/2008

¡Bienvenid@ a mi blog!

Las necesidades de las personas van más allá de una simple explicación lógica, cada ser humano tiene una o varias y las hay de todo tipo: hay quienes sienten necesidad de fumar, otros de beber, algunos de hacer deporte, otros tantos de pasar horas delante del televisor y otros que, como yo, sentimos la necesidad de expresarnos, de escribir, de plasmar en palabras lo que se maquina en nuestra mente y que nuestra garganta desea gritar, sentimos la necesidad de contar cosas y de hacer sentir con palabras.

Como hay cosas que no tienen un por qué al alcance de la mano y como la vida esta para vivirla y no para entenderla, no te puedo decir lo que vas a poder leer en este blog. No está creado con un fin premeditado ni para hablar de unos temas concretos y determinados; en él encontraras de todo y de nada al mismo tiempo, además, tampoco sé ni puedo decir exactamente la frecuencia con la que escribiré ni conozco a quienes voy a dirigirme, sólo sé que dejaré que mis dedos cuenten lo que mi necesidad me pide contar, con la libertad de expresión que todos tenemos, siendo este el medio y la forma para llegar más allá de donde mi vista alcanza, a todos aquellos que simplemente quieran pasarse por aquí.


Espero que lo que aquí se escriba sea de tu agrado y de todo aquel que visite este lugar, que pases con frecuencia y que dejes comentarios participando así tú también.

Mi nombre es Christian, tengo 21 años y vivo en Tenerife. Seas quien seas, estés donde estés, vivas donde vivas y sientas la necesidad que sientas, sé bienvenid@ a mi blog.
¡Hasta pronto!