20/12/2008

Una vez en diciembre

Hace 22 años, una fría tarde de un 20 de diciembre (12) de 1986… nací.

Nunca fui un niño muy diferente del resto, o por lo menos tampoco me lo dijeron nunca. A medida que fui creciendo me fui desarrollando en un ambiente que siempre se consideró normal, fui al colegio, al instituto, tuve amigos, amigas, jugábamos, salíamos y hacíamos alguna que otra gamberrada propia de la edad. Siempre llevé gafas porque tengo una gran falta de vista y, con el tiempo y siendo ya un adolescente, empecé a notar y a sentir cosas dentro de mí que sí que me hacían sentir, al principio, mal, aunque luego este sentimiento cambiaría, pero también diferente a aquellos que a mi alrededor estaban, a aquellos que habían crecido, jugado, reído y llorado conmigo. Tal vez esa sea la razón, o una de las razones, por las que me tuve que hacer más fuerte, el objetivo era sobrevivir, me rodeé en la mayoría de los casos de gente mayor, miré hacia mi futuro y, bien o mal, olvidé mi presente un poco esperando que algún día todo cambiase.



Desde ese entonces las cosas han cambiado mucho, es increíble pensar cómo en relativamente poco tiempo mi mundo ha girado de tal manera que la comparación entre pasado y presente es casi imposible. Aunque no todo es tan diferente. Siempre fui un niño sincero, directo y con carácter, lo cual me trajo y me ha traído muchos problemas, puesto que es difícil, en general, que la gente quiera escuchar la verdad tal y como es, incluso a mí me duele a veces. También siempre fui visceral y decidido a la hora de hacer algo que quería o de tomar mis propias decisiones, nunca lo pensaba más de lo necesario, lo hacía y afrontaba las consecuencias fueran como fueren, asumiendo mi propia responsabilidad. Si bien es cierto que, con la madurez, el tiempo y las cosas que cada uno va viviendo, se pasa muchas veces de ver el blanco y el negro con la rebeldía de la adolescencia, a darte cuenta de que hay una amplia gama de grises entre los dos colores opuestos y que se puede ser sincero sin llegar a ser radical ni hacer daño con la verdad, aunque no estuviera mal decirla.



Creo que en todo este tiempo he ido cumpliendo poco a poco las metas que me he propuesto y, por eso, me siento bien conmigo mismo en ese sentido. Siempre hay cosas que hacer, lugares por descubrir, personas que conocer, rincones que explorar, cosas que mejorar… en definitiva, nuevas metas por plantearse conseguir y, como hasta ahora, espero seguir haciéndolo.

Por ahora, me va a tocar celebrar esta noche mis “dos patitos”, pedir unos cuantos deseos y esperar e intentar que en el nuevo año, que está a la vuelta de la esquina, se cumplan. Ya te lo iré contando aquí.


Hoy también, precisamente, este blog cumple 2 meses, así que parece ser que hoy es el día del número 2. Compraré un cupón y, si me vuelvo millonario, no sé si te lo contaré (jajaja).

¡Besos y abrazos!

2 comments:

Anonymous said...

hola!! acavo de descubrir tu blog. veo qe tb eres de santa cruz como yo!! jej


felicidades!! un beso

JaNeT said...

chriiiiiiiiiiisssss lo siento se m fue ayerrrr felicidadeeeeeeeeeeeeeeeees joeee mejor tarde q nunka no?:( jajjajaj n fin q cumplas mxisimos mas y q sigas scribiendooo....q los scritos son la única forma de seguir vivos cuando creemos que entre tanto vacío estamos muertos...:D bstooooooos