21/12/2008

La historia de un sábado

Ésta es la historia de un sábado, de no importa qué mes…


Anoche celebramos mi cumpleaños, junto con amigos y amigas fuimos a cenar, a tomarnos unas copas y luego a bailar (y a seguir bebiendo), para disfrutar también las vacaciones, que ya nos hacía falta un respiro.

La verdad que lo pasamos muy bien, nos reímos mucho y, al final de la cena, me sorprendieron cuando se apagaron las luces del restaurante y empezaron a cantarme el cumpleaños feliz, mientras el camarero me servía un postre adornado con una vela, simulando una tarta. Fue gracioso. Luego vinieron los regalos, los cuales me encantaron todos, y ya después nos fuimos de copas y de fiesta.

Desde aquí quería agradecer a todos por estar conmigo en un día tan especial, por compartir mis 22 añitos y por hacérmelo pasar tan bien hasta incluso olvidar las cosas más negativas que, anoche, no cabían en ningún sitio. También quiero agradecer a todos los que no fueron y que sé que aunque querían estar allí conmigo, no pudieron, así como a aquellos que se acordaron de mí y, a lo largo del día, me fueron enviando mensajes y llamándome para felicitarme.

Sinceramente… ¡GRACIAS! Espero poder seguir cumpliendo muchos años más para que podamos seguir compartiéndolos todos juntos.

Aquí les dedico, en agradecimiento, “El hombre del piano (Piano man)” una canción preciosa, de mis favoritas que, para mí, significa mucho. Espero que la disfruten tanto como lo hago yo cada vez que la escucho. Y, otra vez, gracias.

No comments: