29/01/2009

SIDACTION

Cada año, los gobiernos y las asociaciones en contra de problemas sociales como las drogas y de enfermedades tan terribles como el cáncer o el sida, entre otras muchas, sacan cuñas publicitarias para concienciar e informar a la audiencia.
Independientemente de los resultados que éstos obtengan, de las estadísticas que de los estudios se saquen y de nuestra conciencia o inconsciencia, cada año, las cuñas son más impresionantes, más impactantes y, también cada vez, nos muestran más la realidad.
Esta es una de las cuñas en contra del sida más impresionantes y mejor hecha que he visto nunca:

27/01/2009

I kissed a girl...

...and I liked it!
Ésta es una de esas canciones que te activa por la mañana, que te aporta la energía que te falta, que te levanta de la silla con ganas de bailar, que te hace sonreír, que te hace acelerar cuando conduces y la escuchas en la radio, que te da buen rollo. Es una de esas canciones que escuchas una vez y luego no puedes parar de tararear hasta volver locos a tus amigos.
Y sí, yo también besé a una chica... y también me gustó. Aunque a algunos/as les cueste creerlo.


26/01/2009

...y el examen he aprobado!!!

Conspirar con el Universo para que algo que deseas se cumpla dió resultado, así que habrá que repetir la formula con el examen de hoy y esperar que lo apruebe también.
Ahora, ¿te lo crees o no?

...un ich habe die Prüfung bestanden!!!

23/01/2009

Siempre... buena música

Cuando estoy estresado, cuando quiero no pensar, cuando tengo ansiedad, cuando quiero que pase el tiempo rápido, cuando llueve y cuando hace sol, cuando leo, cuando pienso, cuando duermo y cuando me despierto, cuando me agobio, cuando me enamoro, cuando me desenamoro, cuando conduzco sin rumbo, cuando corro, cuando camino, cuando llego a casa después de un largo día de trabajo o de biblioteca...
...siempre, siempre, me encanta descubrir buena música y escucharla sin parar...

Loreena McKennitt - The Lady of Shalott
(The Visit)

20/01/2009

La oscuridad

Cae la noche, la oscuridad baña de azul oscuro y negro toda la costa, a excepción de algunos puntos de luz amarilla que iluminan modestamente el paseo de la playa y dibujan su silueta curva en la lejanía.

Me acerco, miro a mí alrededor, me gusta la noche, la tranquilidad, la oscuridad, y me dispongo a correr un rato, recorriendo todos los puntos de luz que marcan el camino, desde el principio hasta el final.

Mi pulso y mi respiración se aceleran y voy notando como el corazón va bombeando cada vez más sangre. Con mayor frecuencia doy bocanadas de aire fresco de olor salado proveniente de las olas del mar y me gusta la sensación. Noto, incluso, como algunas gotitas de agua del mar me salpican la cara, y manteniendo el ritmo del trote, cierro los ojos y sigo inspirando el oxígeno que el mar me da y espirando el dióxido de carbono que yo le devuelvo. Necesitaba, no solo expulsar toxinas, sino también, notar como por los poros de mi piel salía el estrés, la tensión, la melancolía, los nervios, y toda la energía negativa que pueda haber tenido acumulada.

Sigo corriendo, cada vez me falta más aire, pero es una sensación agridulce, no quiero parar, me gusta sentirme así y la oscuridad me llama. Me voy metiendo por todos los rincones donde los puntos de luz no alcanzan, no se ve nada, esta todo oscuro y me muevo mejor por allí, con las pupilas dilatadas, que incluso donde hay luz. De repente me da un morbo terrible y deseo que la oscuridad cobre vida, le pongo cara, boca, ojos, manos, cuerpo, piernas, sexo, voz… y deseo que me llame, que pronuncie mi nombre y me invite a acercarme, a tocarle, a besarle y a quedarme allí, fundido en un solo cuerpo, convertido en piedra, acoplado a la pared o al suelo y formando parte de la oscuridad que tanto me gusta.

Voy disminuyendo el ritmo y ya empiezo a caminar en dirección hacia el coche, me subo, lo arranco y conduzco ligero, dejándome llevar, a poca velocidad, estoy tranquilo, relajado, liberado, en definitiva, me siento bien. Llego a casa y me meto en la bañera, bajo un chorro de agua bien caliente y me encanta notar como cae por mi cara, por mis hombros, por mi espalda, por mis piernas, mientras inhalo el vapor y lo noto entrar en mí, llegar a todos los rincones de mi pecho y volver a salir, dándome placer.
Justo después pretendo meterme en la cama a la temperatura adecuada para dejarme dormir prácticamente desde que cierre los ojos y regresar a ese sitio de donde soy, de donde vine, donde tan bien me desenvuelvo, ese sitio que tan bien conozco y que tanto me gusta… regresar a la oscuridad.

16/01/2009

Ya era hora

Después de pasarme más de 4 años recorriendo con el servicio público unos 75 kilómetros diarios para ir y volver a la Universidad, de depender de él más que de cualquier otra cosa, de un año con carnet sin coche y de todo lo que hay que ver y aguantar cuando uno coge una "guagua" (que le decimos los canarios), al fin, me he hecho con uno igual a este justo hoy, un día y un año después de sacarme el carnet.
Ahora sólo queda mantenerlo, cuidarlo, tener precaución en la carretera y ser un poco más libre... al fin y al cabo, disfrutarlo. Seguir trabajando para pagar seguro, gasolina, revisiones, arreglos, etc., y esperar que no me de mucha lata, al menos, durante un tiempo lo bastante considerable como para que me pueda reponer del desembolso que supuso comprarlo.


No llevo a penas un día con él y ya puedo oler el aroma de la independencia que te da un coche y eso me encanta. Ya era hora...



¿Te apetece una vueltita?

15/01/2009

Adiós

Hace un año apareciste, una mañana de enero, de cielo despejado pero con aire frío. Aún recuerdo la ropa que llevaba, el perfume que me había puesto, lo que vi, lo que pensé, lo que sentí, por donde circulé y hasta cada una de las palabras que pronuncié cuando, por fin, te tuve entre mis manos...


Pero ha pasado un año, tú me has sido fiel pero yo a ti no. A veces te he llevado conmigo, en mis viajes mas largos pero, otras veces, te he dejado atrás, olvidada, con ganas de desaparecerte de mi vista porque, en todo este tiempo, no has hecho otra cosa que restarme visibilidad y no dejarme ver bien lo que había en mi camino.


Al fin y al cabo me da pena, puesto que todo ha pasado más rápido de lo que creí. Y al fin y al cabo también te he cogido cariño pero lo siento, toca quitarte de mi vista, guardarte, no volver a llevarte conmigo y olvidarme de esa mancha que suponías en mi visión cada vez que miraba hacia detrás. Tal vez vuelvas a salir a la luz, vuelvas a pertenecer a alguien, a hacer largos viajes acompañada pero, esta vez, ya no será de mi...

¡Adiós L!

13/01/2009

Aprobaré el examen

Dicen que todo lo que nos sucede depende sólo de nosotros mismos, que con nuestros pensamientos mandamos una serie de energías al Universo que hacen que lo que deseamos o no ocurra o no. Es decir, si quieres realmente que algo suceda, solo tienes que conspirar con el Universo, pensar en positivo y esas fuerzas extrañas ayudarán a que suceda.
A priori esto puede parecer un cuento chino, un chiste malo o un invento de alguna o algún vidente de los de la televisión pero, si te paras a pensarlo, tiene hasta su lógica; de hecho, no hace mucho pude comprobar como algo parecido ocurría...
...¿pura coincidencia?, Creerlo o no es libre, depende también de cada uno de nosotros, pero por si acaso:

Ich werde die Prüfung bestehen
Ich werde die Prüfung bestehen
Ich werde die Prüfung bestehen
Ich werde die Prüfung bestehen
Ich werde die Prüfung bestehen
Ich werde die Prüfung bestehen
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09/01/2009

Las rubias (no) son tontas

Aunque quise desmentirlo, busqué, busqué y busqué y, por más que busqué, no encontré nada que rebatiera la leyenda de las rubias...

¡Que viva la cultura americana!

06/01/2009

Abre los ojos

Ya ha pasado todo, la Navidad, el fin de año, los Reyes y las vacaciones que estas fechas suponían. Ahora no queda más que dejar que el nuevo año pase e intentar llegar a final de mes sin notar cómo aprieta, cada vez más, la soga al cuello.

El consumismo y la publicidad cada año atrapa mas victimas, nos vicia, nos envuelve, nos lava el cerebro hasta el punto de hacernos creer que, si no compramos lo que se nos muestra en tv, revistas, escaparates, radios, carteles, etc., somos insignificantes, no somos nadie. Y digo “nos” porque me incluyo en un todo del que nadie puede escapar o del cual, difícilmente, algunos logran huir y salir ilesos, que es la masacre dineraria que la sociedad sufre a finales-principios de cada año. Y digo yo, tanto quejarnos de la rutina y acabamos siempre haciendo lo mismo, tal vez sea por eso que las cosas nunca cambien.

Esto es como tener algo frente a tus narices y no querer verlo, o no verlo simplemente porque nuestro sentido de la vista, para según qué cosas, está algo atrofiado. Y es que es cierto eso que dicen de que “no hay peor ciego que quien no quiere ver”, porque parece ser que nos da igual gastarnos un dineral en regalos incluso sabiendo que, la inmensa mayoría de los paquetes que hemos abierto esta mañana, mañana, estarán a mitad de precio.

Los negocios nos estafan en nuestras propias narices y, a los dos días, se ríen de nosotros en nuestras propias caras con el cartel de “rebajas”. Y como no tenemos suficiente, seguimos comprando a pesar de la archinombrada, hipersonada y cansina crisis y, cómo no, la superfamosa “cuesta de enero” de cada año.

Muchos se gastan el sueldo, otros los ahorros del año, otros piden préstamos y otros hacen lo que pueden con el dinero que hay…

…me parece todo tan materialista, tan superficial, tan egoísta por nuestra parte, ¿te has parado a pensar qué significado tiene todo esto? No hace falta, ya te lo digo yo, ¡ninguno! ¿Por qué de esta forma?, pudiendo ser mas prácticos, más realistas y más sinceros con nosotros mismos y con lo que nos rodean, tenemos 365 días al año para regalar, para que vayamos por alguna calle ojeando algún escaparate y, en caso de que veamos algo que nos gusta para nuestra madre, padre, hermano, amigo, pareja, o lo que sea, lo compremos y se lo regalemos sin ningún otro motivo que por habernos acordado de ellos y asociarlos al artículo. Es que, he podido comprobar, cómo personas que el resto del año ni se soportan, se regalan, porque claro, luego viene el ¿cómo voy a ir con las manos vacías?, o el ¿y qué dirán si no le regalo nada?

Una vez leí en un libro que “los regalos se hacen por gusto del que regala, no por mérito del que recibe” pero, para mí, nada más lejos de la realidad. Si partimos de esa base, menos significado tendría toda esta farsa y, lo que debemos hacer, es creer en lo que hacemos, regalar porque sentimos y no pensar que la cantidad de dinero gastado o el número de regalos debajo de nuestro árbol va a ser algo realmente significante en nuestra vida, porque no es así.

¿Qué me dices de todos esos niños cuya ilusión se rompió en pedazos cuando esta mañana, al levantarse, descubrieron que su árbol estaba vacío?, y si es que tenían árbol. Sus padres, tal vez, estaban en paro, o con lo poco que ganaban no les daba para comprar regalos y llegar a fin de mes. ¿Son peores personas ellos por no ser víctimas del engaño al que nuestro “primer mundo” está sometido? Tal vez no, o tal vez sí, porque, tal vez, si hubieran tenido el dinero suficiente lo hubieran malgastado de la misma forma que, cada diciembre y enero, lo malgastamos nosotros.
Abre los ojos y mira a tu alrededor que, como bien escribió Carl-Johan Vallgren, “la realidad es sólo un escenario mal dibujado junto al horizonte”.
Aquí te dejo un video que frivoliza el tema navideño un poco más

03/01/2009

Dejarse llevar

¿No has tenido nunca esa sensación de querer decir mucho y que no te salgan las palabras?, ¿y la de querer que pase algo que cambie tu rutina drásticamente y, en cambio, sentarte a ver la misma lluvia caer una y otra vez?
Pues una mezcla de las dos cosas es el resultado de cómo me siento yo ahora mismo. No estoy mal, no, todo lo contrario, pero es eso… querer, querer, querer y, tal vez, no poder. Creo que me empeño tanto en conseguir las cosas que, precisamente por eso, nada sale como quiero. Si es que ya lo dijo una de mis escritoras favoritas (Joan Brady), “a veces, el único modo de obtener el control… es dejarse llevar”.

Y empieza otro año. Ya suena más que tópico eso de “año nuevo, vida nueva”, pero es que no hay nadie que, de cara al nuevo año, no se plantee nuevos proyectos, nuevos objetivos, metas, propósitos y demás cosas que, en su gran mayoría (y no es por ser pesimista) olvidamos más rápido de lo que nos cuesta pensarlas cuando llega el diciembre de cada año.

La rutina es tan p…jodida que, aunque queramos evitarla a toda costa, pocas veces podemos no terminar sucumbiendo a ella. Y es que, si te fijas, siempre es más de lo mismo, desde que alcanzamos una cierta edad entramos en un círculo vicioso que nos atrapa sentimental, física y psicológicamente y del cual pocos logran salir, cambiar o manejar a su antojo.
Pero esa es la vida y tenemos que aceptarla y, citando a algún anónimo, ya me dijeron alguna vez que “la vida esta para vivirla y no para entenderla”, así que, una vez más y para no variar, con mi amiga la rutina a cuestas, le pondré la mejor de mis sonrisas a la mejor de mis caras junto con el mejor de mis humores y afrontaré este nuevo año tal y como el destino quiera que venga, sin preocupaciones, sin buscar más allá de lo que está a mi alcance, sin esperar vivir cuentos de hadas, príncipes y princesas, sin mirar atrás y también sin intentar ver el futuro.
Voy a dejarme llevar...