31/07/2009

It's summer time

Me encanta el verano, estos meses calurosos de playa, de sol, de descanso, de fiesta y de shandy. Me gusta despertar por la mañana con la claridad del día, desperezarme junto a la ventana y comprobar que, por más que lo intento, no veo apenas una nube en el cielo; sólo una inmensidad azul claro que inunda mis pupilas y me ayuda a despertar. Me gusta sentir el frescor de la ducha y del agua casi fría, y me encanta también vestirme de forma cómoda, fresca y rápida, sin demasiada complicación.

Es fabuloso ponerse unas gafas de sol y conducir con la música bien alta y las ventanillas bajadas, ir a buscar unos amigos y pasar los días fuera de casa, recuperándonos del agotador y rutinario invierno.

Luego, por la noche, es increíble salir a cualquier terraza, sentarte y no sentir, ni siquiera una pizca de frío. Charlar hasta las tantas de la madrugada y reír hasta que te duela la mandíbula. Bailar hasta que salga el sol de nuevo y, sin haber dormido, comenzar un nuevo y despejado día de verano, de la mano de ese amor que el sol, la arena y las olas del mar te han traído.
El verano es fantástico pero pasa volando, dura apenas tres meses que suceden más rápido de lo que nuestra conciencia y nuestras ganas de que sea eterno pueden concebir. Por ello no pienso desaprovecharlo. Saldré a cualquier lado, iré a la playa, beberé cañas, bailaré hasta que se haga de día, viajaré, me enamoraré de quien más me guste y recorreré su cuerpo con mis manos, me mojaré para luego secarme, subiré al cielo para luego bajar y después… Después me pasaré todo el invierno deseando y soñando con el próximo verano.

30/07/2009

Algunas falsas verdades

Echando a un vistazo a uno de mis blogs favoritos (Una blog como otra cualquiera... de Lucía Etxebarría) me he encontrado con un artículo que ha escrito la misma para desmentir "algunas falsas verdades" que se cuentan sobre la cruenta práctica de los encierros en San Fermín. Y yo, anti-taurino por naturaleza (anti-taurino: entiéndase por ello "en contra del crímen a los toros", que no "en contra de los toros". Y por "crimen" a las corridas, los encierros, etc.) me he alegrado mucho de que haya gente consciente de lo que estas "fiestas" suponen y del daño que se le hace a los animales, que a nadie molestan. Eso sí, luego para todos las "cogidas" son una tragedia. Esto es como querer tocar el fuego sin quemarse; inténtalo y luego me cuentas.
Si mi admiradísima Lucía Etxebarría me lo permite, aquí les dejo el articulo transcrito desde su blog:

San Fermín
Algunas falsas verdades que se dicen sobre san Fermin:

Ya dijo Goebbels que una mentira muchas veces repetida acaba por convertirse en una verdad. A tenor de lo que ha sucedido en Pamplona, me gustaría dejar claro desmontar determinados argumentos que se tienen por ciertos para que la gente entienda por qué considero que los encierros de san Fermín son una práctica cruel, peligrosa e incivilizada.

- El toro es bravo por naturaleza. El toro es el macho de la vaca y cualquiera que conozca el significado del adjetivo “bovino” sabe que significa tanto “ relativo a los bóvidos” como “ manso”. Y cualquiera que haya vivido en un pueblo con vascas y toros ( como era el mío) sabe que los bueyes y los toros, como las serpientes y como muchas mujeres, no se atacan a no ser que se les provoque. De ahí que para enfurecer al toro en las corridas haya que arponearlo, banderillearlo y azuzarlo, pues, librado a su libre albedrío ( apreciese la aliteración) no atacaría. El toro de lidia no es una especie diferente a la del manso toro que pasta en el caserio, de la misma forma que el yorkshere es un perro tanto como lo es un caniche. La gente acepta la idea de que el toro es bravo por naturaleza de la misma forma en que cree que el rojo lo excita, por más que hace casi doscientos años que desde la biología se ha probado de forma irrebatible que el toro, amén de ser vegetariano, no distingue los colores.
- La fiesta es un arte, y los encierros también. “ Arte es lo que cada cual decide considerar como arte” dijo Duschamp, considerado, él sí, uno de los grandes artistas del siglo XX. La concepción de lo que es arte es tan subjetiva como para que durante siglos al arte africano se la haya llamado “artesanía” y no arte, pero todos estamos de acuerdo en que hay límites que, una vez sobrepasados, convierten una manifestación artístíca en delito o apología de la violencia. Determinadas obras no se exhiben en salas en virtud de su obscenidad o de su contenido ultra violento, y todos estaríamos de acuerdo en que no llamaríamos nunca arte a una snuff movie aunque la hubiera rodado Bertolucci en su momento de mayor inspiración. Permítanme pues que yo no considere arte a ninguna manifestación que incluya el sufrimiento de un inocente, por muy estética o plásticamente impactante que ésta sea.
- El encierro atrae turismo, y el turismo hace dinero. No nos engañemos. Los que hemos ido varias veces a San fermin sabemos que lo que atrae a los turistas es la idea de pasarse siete días borrachos de juerga continua, como también sabemos que la mayoría de los pamplonicas de toda la vida estarían más que encantados de que acudieran menos turistas a la ciudad. De hecho, gran parte de mis amigos iruñeses abandonan la ciudad durante la semana de San Fermín, desesperados ante el ruido y la suciedad.
- Hay que respetar la tradición. No lo creo. De ser así, justificaríamos la cliteridectomía o los matrimonios concertados entre niñas de diez años y señores de sesenta, consideradas tradiciones ancestrales en muchos países. Precisamente el argumento de la tradición es el que usan los apologistas de estas prácticas para defender su vigencia. Por otra parte, las tradiciones cambian para mantenerse. Un ejemplo, en las bodas ya no se recita aquella fórmula de “ si alguien sabe de alguna razón para que este matrimonio no se celebre, que hable ahora o que calle para siempre”. Otro ejemplo: Lekeitio fue un pueblo famoso durante años por una tradición popular en la que los mozos probaban su hombría escalando una cucaña encerada y dispuesta sobre el marmen cuya cúspide estaba atado un ganso, pegándose un morroctudo y doloroso golope si se caían, o descabezando al ganso si lo capturaban. A día de hoy la tradición continúa, pero los gansos son de peluche, para ahorrarles a las aves el sufrimiento y a los locales y turistas el cruento espectáculo de su muerte. De la misma manera, si en el encierro de San Fermín en lugar de soltar toros vivos a los mozos los persiguieran otros mozos encerrados en un disfraz de toro ( a la manera de los gigantes y cabezudos que persiguen a los niños en las fiestas de mi pueblo, por ejemplo) la tradición persistiría pero dejaría de ser cruel y peligrosa. Lo dijo Lampedusa y es uno de mis lemas vitales. A veces hace falta “ que todo cambie para que todo siga igual”.

29/07/2009

La voz

Si existieran adjetivos calificativos positivos en cualquier lengua de este mundo y si yo pudiese ponerle alguno, juro que lo haría. Pero ella lo es todo y, a la vez, es tan humilde que su ambigüedad rompe los esquemas de todos aquellos que crean la pantera de Figueras, cara a cara, sigue siendo esa diva, esa mujer transgresora y camaleónica.
Si de todos los adjetivos que existen se me otorgara el placer de adjudicarle, al menos, dos; éstos serían "espectacular" y "sencilla". Dos palabras que, a priori, parecen contradictorias pero que, en su ser, encajan con la precisión de la única pieza que falta en un puzle de dos mil, o incluso de cincuenta.
Si tuviera que denominarla o calificarla de alguna manera, dejaría a un lado la ardua tarea de adjudicarle adjetivos y la llamaría simplemente: la voz.

27/07/2009

El poeta

"El poeta es un fingidor,
finge tan completamente,
que finge sentir dolor,
del dolor que en verdad siente".

Pessoa

26/07/2009

Blues night

Margaritas, amigos y buena música...
¿Para qué más?

24/07/2009

The great shipwreck of life

To the brave and the petrified,
we all fall down.
To the slaves and the civilised,
we all fall down.
To the lovers we left behind,
the bad days, the good nights.
In the great shipwreck of life,
we all fall down...

19/07/2009

Cuando me haya ido

Tenemos miedo a los finales. Sentimos pánico cuando algo acaba y no tenemos la certeza de que empieza otra cosa de nuevo. El ser humano no esta preparado, o mejor dicho, al ser humano no le han enseñado a decir adiós. Tampoco a comprender que hay viajes que se emprenden sin billete de vuelta y que, desde que algo empieza está condenado a acabar.
Somos inconsciente de que, cada día, terminamos un poquito más ese camino hacia el final. Esto no es ni malo ni bueno, ni triste ni divertido, esto es así, porque así ha de ser. Y nadie puede cambiarlo, por más que nos empeñemos en buscar una salida, un más allá, un principio después del final o un umbral que nos lleve hacia otra cosa, hacia otro mundo, hacia otra vida.
Aceptando que nos pertenecemos a nosotros mismos menos de lo que creemos y dejándonos llevar seremos un poco más felices. Yo, tú y absolutamente todos nos iremos algún día, pero más que preocuparnos por cómo será o lo que habrá al final de nuestro viaje, deberíamos preocuparnos por hacer algo en este camino, algo que ayude a los que se quedan y se irán después que nosotros a recordarnos.
Ya lo leí una vez, lo escribí algunas más y lo dije otras muchas: "Existimos mientras alguien nos recuerda".

"Cuando me haya ido y no escuche más tu voz
sentiré en silencio que, además del tiempo, he perdido tu amor.
Cuando no me veas, llorarás por lo que fue,
por aquel momento y ese sentimiento que me llevaré.
Yo estaré escondida en ese hueco de tu mente,
infinitamente te amaré.
Desde el otro mundo desearás tenerme
y sin que los sepas te consolaré.
Yo estaré a tu lado cada minuto, cada segundo,
cada instante que te sientas mal.
Yo seré tu sombra y tu cobijo,
yo estaré donde tú me quieras encontrar.
Porque susurrará la noche y sabrás sin miedo que soy yo.
Es que me llevaré tu nombre
para no olvidarlo, para así guardarlo en mi corazón...
Cuando me haya ido te llevaré dentro de mí,
por siempre, cuando me haya ido..."

07/07/2009

Not for me

Un día desperté y no supe dónde estaba. No me hallaba, no me ubicaba. Sencillamente, no recordaba como había llegado allí. Miré a mi alrededor y no reconocí lo que vi. A un lado el mar y al otro la montaña. Cualquiera hubiera creído que aquello era el paraíso, pero algo en mi me gritaba que escapara de aquel lugar al que había llegado, seguramente, por error.
En la orilla pude ver una barca y, en ese mismo instante, recordé todo. Recordé como la noche anterior me había embarcado contigo en busca de aquel sitio en el que estaba. Recuerdo verte remar contra viento y marea, queriendo hacerme llegar a pesar de que el mar advertía que yo nunca debería pisar tierra firme. Querías atraparme en tu mundo. Querías engañarme y engañarte sin darte cuenta que a veces, lo que más deseas es lo que menos necesitas. Yo también quería llegar, a pesar de la tormenta. En el fondo sabía que algo así ocurriría. Sabía que no te encontraría al día siguiente y que, encerrado en tu paraíso, iba a sentir más soledad que en el más extensos de los desiertos y, a pesar de ello, intenté darme y darte la misma oportunidad.
Empujé la barca hacia el mar casi sin fuerzas y, cuando logré que flotara en el agua, me subí a ella, dispuesto a orientarme, a encontrarme, a creerme, a quererme. Mientras con mi remo intenso me alejaba cada vez más de tu orilla navegando a la deriva, dos lágrimas cayeron de mis ojos, surcaron mis mejillas y murieron, una en la comisura de mis labios y otra en mi barbilla. No estaba triste. No estaba feliz. Simplemente estaba acostumbrado. Sabía de antemano que "tu paraíso no es para mí..."

"I can't remember when I was young,
I can't explain if it was wrong.
My life goes on but not the same
into your eyes my face remains.
I've been so high, I've been so down,
up to the skies, down to the ground.
I was so blind, I could not see
your paradise is not for me..."

02/07/2009

Quiero gritar

...y que me calles con un beso.