00:32. No puedo dormir

Son las 00:32 y no puedo dormir…

Aunque me he metido temprano en la cama porque no encontraba nada más interesante que hacer, no he podido pegar ojo desde entonces. He intentado cerrar los ojos, concentrarme, visualizarte e intentar tocarte en sueños; pero hasta en sueños hoy estás más lejos que nunca.

Las paredes de mi habitación cada vez son más altas y mi cama se vuelve infinita si tú no estás aquí, conmigo, abrazándome. Hay demasiada quietud, demasiado silencio, y tan poco ruido me inquieta, me asfixia, no me deja distraerme ni dejar de preguntarme ¿dónde estarás? ¿Te acordarás de mí?

Me he levantado y he bajado a beber agua y, mientras saciaba mi sed, me he imaginado besándote, acariciándote, abrazándote, mirándote mientras duermes, oyendo tu respiración. He subido a la azotea a buscar la luna en el cielo o, incluso, a buscarme a mí mismo, pero no he encontrado nada. Hoy no hay luna. Hoy no hay yo. He vuelto a mi cama, pero sé que hoy poder dormir es como poder olvidarte. Imposible.

Y sigo mirando el reloj, esperándote, esperando el sueño donde pueda reencontrarme contigo, esperando a que pase la noche y el día me devuelva todo lo que se llevó con el crepúsculo. Me levanto y me dispongo a escribir estas líneas, no sé muy bien si dirigidas a ti, a los que leen este blog o incluso al yo que hoy se perdió buscando una respuesta al porqué estando tan cerca te siento tan lejos.

Sé que hay preguntas que jamás tendrán respuesta y problemas que jamás tendrán soluciones, pero también sé que nunca habrá días sin noches, ni noches sin días y que mañana saldrá el sol. El mismo sol para ti y para mí, sin importarle dónde estemos. Y también sé que contigo todo me importa un poco menos, porque si no hay luz tu me iluminas, si no tengo sueño puedo pasarme la noche mirándote, si no hay agua tus besos me calmarán la sed y si no hay abrigo tu abrazo me dará el calor que necesito.

Son las 00:47. Y sigo aquí, sin sueño, esperando a la luna, esperándote, esperándome…